Era el domingo 8 de noviembre del 2009.

Para mí, era un domingo cualquiera.

Desperté cuando apagaron la cámara criogénica y me dijeron que la cantidad de luz que consume no la soporta el transformador de la colonia donde está el Asilo y que, por seguridad, la reiniciarían unos minutos después.

Así las cosas, me dirigí al área de seguridad y me encerré en el área destinada a la vigilancia del asilo, nada más para entrar a internet y navegar un rato.

Entré a revisar algunas “fuentes de poder” (de las que obtuve material de mi agrado y que espero que sea del suyo también cuando lo vean), revisé mi correo y, finalmente, entré a Twitter.

En esa red social, por raro que parezca, siempre hay alguien con quien puedes charlar y, si no lo haces en “tiempo real” al menos te puedes enterar de lo que han hecho tus followings en el día y te entretienes, sin embargo, pasó algo que no esperaba…

Encontré tweets de excelentes followers, dando seguimiento a la corrida de la Plaza de Toros México!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

¿Qué?, ¿que por qué me sorprendo?

Porque esos tweets revivieron un sentimiento de encabrone que había encapsulado un par de meses anteriores.

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Yo he visto imperios nacer y caer. He visto héroes convertirse en villanos y gente mediocre elevada al carácter de héroes nacionales. He visto ríos nacer y morir. He testificado batallas entre hombres por ambición, ceguera, indignación, odio y hambre. He sido testigo de cómo grandes civilizaciones se han perdido en el tiempo por la falta de respeto a su entorno. He visto cómo la sociedad dividida lucha por entender y proteger al planeta y todo lo que hacen otros, a quienes su limitada visión del mundo, no les deja respetar la vida misma.

Yo no concibo cómo es que hay quienes señalan que es un arte matar a un animal indefenso, asustado, que se mueve por instinto…

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Para esas mentes es lo mismo admirar una escultura de Rodin, una pintura de Van Gogh, una sinfonía de Beethoven, que ver cómo un grupúsulo de pendejetes se divierte a costa de un animal mal alimentado, lastimado previo al circo, al que van hiriendo de a poco con las banderillas y que un puto, que en condiciones normales (un toro sano, bien alimentado, entero y él con su capote y espada), seguro no se le pondría al tiro.

¿Dónde está el arte en eso?

toro

La neta no pregunto para que alguno que esté a favor venga a querer hacérmelo “entender”, la neta no.

Éste es uno de esos posts en los que, si no les gusta lo que leen, cáiganle a La Chingada, les disparo el boleto de ida, porque para mí son animaladas; vamos, ni siquiera eso, porque el único maldito animal que mata por placer es el ser humano, los demás lo hacen por instinto.

¿No que muy pinches racionales?

¿No que somos “homo sapiens”?

Son mamadas, en serio.

¿Qué pinche arte es el que se mate a un animal que no pide estar delante del pendejo sangriento torero?

Dicen algunos imbéciles: “El toro no siente, las banderillas nada más se colocan en la superficie y no lastiman… la puntilla se le clava al final para acabar con su vida instantáneamente”… pues yo digo a esos cabrones, si no duele, ¿por qué jijos de la chingada no salen encuerados y se ponen ustedes las putas banderillas?

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Ah nooooooooooooooooo, cómo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

El cuerpo humano es un templo que debemos cuidar porque sin él no podríamos disfrutar de los placeres de la vida!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Noooooooooooooooooooo, es un sacrilegio pensar que el ser humano sea tratado como “un animal”.

Noooooooooooooooooooo, si no tiene nada de malo que primero uno se divierta con el animal, que de todos modos va a acabar en una carnicería y del que seguro podemos aprovechar todas sus partes.

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Noooooooooooooooooooo, que va, si sabemos respetar nuestras tradiciones y costumbres, nada más cuando nos conviene… porque cuando viene “La Fiesta Brava” entonces si, somos hijos bastardos de Hernán Cortés.

No señor, ni madres, no seamos pinches ilógicos… un animal cumple con las funciones de alimento, abrigo o compañía, porque ese es el instinto animal con que fuimos dotados. Fuera de eso lo demás son hijeces de la chingada.

¿Mucha pinche diversión, mucha pinche fiesta? Pues qué bueno que tengan tan buen estómago que soporten el olor a sangre que inunda la Plaza, qué bueno que tengan la conciencia en paz que les permita manchar con sangre sus manos con “festejos” pendejos.

Si, llegado el momento, como animales, logran reproducirse, denle a sus hijos una resortera de regalo, total, una pinche lagartija o un ave que mate el pequeño cada que se le pegue su puta gana quizá forme parte importante para la celebración de un evento que en el futuro también podrá ser llamado arte.

Dejen que sus hijos maltraten a los perros, que les enciendan el pelo a los gatos, total, ustedes, malditos animales sedientos de sangre, no verán mal eso, lo aplaudirán, porque sus hijos no estarán perjudicando a nadie, quizá hasta le pongan tanto estilo que alguno suba su video a YouTube para que los demás aprendan a hacer esas “travesuras” cuidando la integridad del animal y “sin que sufra”.

Vayan de caza, salgan a matar venados, osos, total, lucirán sus cabezas mejor como trofeos en una pared que lo que puedan vivir con la partida de madre que le estamos dando al planeta.

Son Hijeces de La Chingada mayúsculas.